lunes, 30 de noviembre de 2009

Los verdaderos afectados de el paro de profesores

El paro de profesores en Chile
Y ahora... ¿Quién se encargará de educar?

Las razones de la huelga de profesores, sus peores consecuencias y el eterno debate sobre el pago de la deuda histórica.
Ya no es novedad escuchar que en Chile hay un nuevo paro de
profesores. Se ha convertido en una tediosa constante que los docentes cancelen sus clases para manifestar su descontento ante el Gobierno. Se pide a gritos que se cancele la deuda histórica pero pocos entienden cómo y por qué se gestó esta controversia.
En el último año los paros de profesores se han multiplicado. Las pacíficas manifestaciones con cantos por las calles se han convertido en tomas de ministerios y huelgas de hambre. Las clases han sido dejadas de lado y al parecer el año escolar se ha perdido. El nivel de la educación chilena baja drásticamente. ¿Qué está pasando aquí?
La deuda histórica
Todo comenzó en 1981 cuando en el Gobierno del General
Pinochet la educación estatal pasó a los municipios. Esta medida tuvo como consecuencia que los profesores perdieran su calidad de empleados públicos, dejando de recibir la asignación especial que incrementaba sus sueldos.
Los profesores comenzaron a regirse por las normas del sector privado, cuando la ley 18.196 de 1982 en su artículo 15 declaraba que la legislación presente o futura que rigiera las remuneraciones del sector público no se debía aplicar al personal traspasado.
El meollo de la discusión radica en que el gremio de profesores sostiene que el traspaso de los profesores al ámbito privado y municipal no debería haber puesto fin a las asignaciones especiales. Obviando las resoluciones de los distintos Tribunales de Justicia, el sindicato docente aún exige la cancelación de esta deuda histórica, cuyos montos ascienden a los 5,2 billones de dólares. Algo así como 9.133 millones de dólares.

Gobierno no reconoce deuda

El Gobierno de Chile no reconoce la deuda que piden los profesores mientras que el gremio ha sufrido el deterioro de sus sueldos en casi dos tercios desde 1980 hasta 1990. A pesar de que las remuneraciones del cuerpo docente se han reajustado y se han creado beneficios que pocos profesionales gozan, todavía no se complace al magistrado. Siguen siendo más de 84.000 los profesores que reclaman su deuda.
Los paros comenzaron a tomar mayor fuerza este año 2009, cuando el magisterio acusó un incumplimiento de compromiso adquirido el 2008, donde se formó una comisión especial. En ese entonces, la ministra de educación
Mónica Jiménez señaló "quiero enfatizar que la participación del Colegio de Profesores en esa comisión debe entenderse como una forma de dar prioridad a la deuda que se mantiene con el magistrado"
El Gobierno alega que los profesores perdieron su calidad de empleados públicos en 1981 y fue tajante: no se pagará la deuda histórica. Ante esta determinación, Jaime Gajardo, presidente del
Colegio de Profesores, señaló en entrevista realizada por Primer Plano "hoy ya no hablamos de deuda histórica sino de una reparación a un daño que se produjo, una compensación. Ahora sólo pedimos 1.400 millones de dólares".
Los verdaderos afectados
Independiente de quién tenga la razón en este aparentemente infinito debate, no podemos obviar el daño que se les está haciendo a los alumnos de colegios municipales. El año escolar parece perdido, se avecina la prueba
SIMCE y se estiman resultados catastróficos. La educación pública chilena está en crisis.
Cabe preguntarse ¿Mejorará la educación municipal si se cancela la deuda histórica? ¿Se llegará a algún acuerdo entre profesores y el Gobierno? ¿Qué pasará con el año escolar? ¿Tiene cabida la exigencia del gremio docente? Lamentablemente, en este momento nadie puede aventurarse con fundamentos sobre alguna posible respuesta. Sólo cabe soñar con que se acabe esta polémica.

Segunda parte
Análisis del artículo

Este articulo consta de tres partes hablare en forma generalizada de las dos primera y en la ultima me detendré y seré algo más especifica.
La deuda histórica se arrastra hace un poco más de dos décadas. Cuando estaba el gobierno de Pinochet, cuando la educación estatal pasa a los municipios, en resumidas cuentas al pasar la educación estatal al sector privado, los profesores dejan de recibir la asignación especial porque dejan de ser trabajadores públicos, entonces aquí nace el problema porque los docentes reclaman que el traspaso de los profesores al ámbito privado y municipal no debería haber puesto fin a las asignaciones especiales que se recibían en esos años.
Gobierno no reconoce deuda las razones que entrega este es que los profesores dejaron de ser empleados públicos en 1981, por lo que no existe deuda como tal.
En fin exista o no exista deuda las verdaderas victimas son los niños, ya que este año fue muy poco lo que se aprendió, lamentablemente esto solo les afecta a los estudiantes de colegios municipales y digo lamentable, porque la mayoría de estos colegios no son colegios con buen nivel académico, si ya los niños estaban recibiendo educación de mala calidad, que les espera ahora donde ni si quiera verán todo programa anual de materias. Bajo mi punto de vista tanto el gobierno como los profesores deberían buscar otra forma de solucionar el conflicto, si bien en las peticiones de los profesores se a mostrado que han cedido un poco, no muestran el interés de llegar a un acuerdo que termine con esto de una vez y el gobierno no demuestra flaqueza, ya que creo que sigue tajante en su decisión de no reconocer la deuda. Ya basta!! Los niños necesitan a sus profesores de vuelta, yo como futuro docente y que creo en un Chile que puede tener una educación de calidad, me entristezco mucho viendo como miles de niños no pueden tener un año normal de clases, que han visto todas las asignaturas a medias, se les dice, hoy si hay clases y al otro día encuentran sus establecimientos cerrados, ¿Qué sucede? ¿Acaso se les olvida que esas cabecitas son el futuro de chile? Se les olvida que necesitan a sus maestros en la sala de clases y no protestando en la calle, al gobierno se le olvida que los niños también son parte de este país, y que las decisiones también les afecta a ellos. Hay una parte de este artículo que llamo mí atención: Cabe preguntarse ¿Mejorará la educación municipal si se cancela la deuda histórica? ¿Se llegará a algún acuerdo entre profesores y el Gobierno? ¿Qué pasará con el año escolar? ¿Tiene cabida la exigencia del gremio docente? Lamentablemente, en este momento nadie puede aventurarse con fundamentos sobre alguna posible respuesta. Sólo cabe soñar con que se acabe esta polémica. Con esta cita termino y dejo una pregunta abierta ¿Qué piensas tú?

¿PORQUE LOS ALUMNOS DESERTAN EN MATEMÁTICAS?

Matemáticas, No!!!!
¿Las matemáticas son tan aburridas como parecen? Creo que NO, todo depende desde que perspectiva. La miremos Según Galileo Galilei: "Las Matemáticas son el alfabeto con que Dios ha a escrito el Universo".
Miedo a las matemáticas.-
El efecto de las emociones en el aprendizaje de esta disciplina recién está empezando a ser investigado, pero ya se cuenta con datos concretos: un clima negativo hacia esta materia en el aula puede determinar 50 puntos menos en pruebas como el Simce.
* Un grupo de investigadores planteó un problema a los niños: En un barco hay 7 cabras y 5 ovejas. ¿Qué edad tiene el capitán? La mayoría multiplicó 7 x 5, sin cuestionarse la pregunta.
* Si bien el miedo hacia las matemáticas empieza a formularse en básica, es cuando se acerca la enseñanza media que se pone de manifiesto.
Por: Elizabeth Simonsen

¿Alguna vez se sintió paralizado frente a un ejercicio de matemáticas, especialmente si tenía que salir al pizarrón? ¿Piensa que las matemáticas son para "cerebros" y están desprovistas de fantasía o creatividad? ¿Siente que nunca fue bueno para ese ramo? Temor a responder en público, inseguridad o pensar que el profesor es un "ogro", son algunas de las emociones más comunes que se evidencian frente a las matemáticas y que recién comienzan a tomarse en cuenta como parte trascendental de la enseñanza de esta disciplina, porque bloquean de tal manera al individuo que impiden su aprendizaje. Según investigaciones de Juan Casassus, asesor internacional en temas de educación, hasta 50 puntos menos en el Simce pueden deberse a un mal clima emocional en el aula hacia esta materia."En la investigación en educación matemática se ha trabajado más las dimensiones cognitivas, pero menos la influencia de las emociones. Es esencial en todas las situaciones de aprendizaje, lo que el alumno sienta es tan importante como lo que piensa", afirma Inés María Gómez-Chacón, de la Universidad Complutense de Madrid y una de las pioneras en incursionar en la investigación de matemáticas y emociones. Si bien se ha abordado el papel de las emociones en el aula en general, el tema se ha centrado especialmente en matemáticas. ¿Por qué? Como se trata de una disciplina que requiere un pensamiento abstracto, es una de las materias más difíciles de abordar para el estudiante. "Por otro lado, los profesores están más interesados en los resultados que en el proceso en sí, por lo que suelen no enseñar con la didáctica adecuada", dice Casassus. Según las investigaciones, lo que dificulta el aprendizaje de las matemáticas son creencias relacionadas con ellas (por ejemplo, que "son inalcanzables" o creadas para gente muy inteligente), creencias acerca del estudiante (la más común, falta de confianza en sí mismo) y mitos acerca del profesor, donde el alumno siempre es considerado un "aprendiz". Desde este punto de vista, el docente de este ramo suele alcanzar tal nivel de autoridad que los estudiantes no se atreven a cuestionar lo que él señala. Para demostrarlo, en los años '80 un grupo de investigadores franceses planteó el siguiente problema a alumnos de 7 a 10 años: En un barco hay 7 cabras y 5 ovejas. ¿Qué edad tiene el capitán del barco?". La mayoría de los alumnos respondían sin titubear: 7 x 5: 35. Y sin siquiera pensar que la pregunta estaba mal formulada.

Didáctica inadecuada


"Los profesores se enfocan sólo en los resultados, los alumnos los siguen en la pizarra pero sin comprender en realidad la reflexión que existe detrás de cada operación", dice Casassus. Por ello, los estudiantes tienen dificultades para planificar y regular sus procesos de conocimiento, es decir, no logran organizar un plan de acción y llevarlo a la práctica de manera coherente, autónoma y flexible. Otros caen en una errada concepción frente a la disciplina: "Muchos estudiantes creen que los problemas se pueden resolver mediante la aplicación directa de hechos, reglas y fórmulas, por lo que sólo están motivados para memorizar reglas y fórmulas y no en reflexionar desde el punto de vista matemático", dice la investigadora. Así, la historia repetida de fracasos lleva a los alumnos a dudar de su capacidad intelectual en relación a las matemáticas y a considerar como inútiles sus esfuerzos para aprenderla, exageran la magnitud de sus deficiencias, se sienten frustrados, tienen bajas expectativas de éxito y abandonan rápidamente la actividad. Más adelante, ante nuevos ejercicios, desarrollan una actitud negativa que bloquea el aprendizaje. Y si bien estas percepciones comienzan a formarse en la primaria, recién es en la secundaria cuando toman fuerza y se vuelven explícitas. Por eso, la investigadora española ha diseñado algunas estrategias para mejorar la didáctica de las matemáticas. Por ejemplo, a relacionar las matemáticas escolares con la vida informal, de manera de acercarla a los niños. También a los profesores se les enseña a ser conscientes de sus propias emociones y a la gestión de las mismas y a ponerse en el lugar del otro, en este caso, de sus alumnos.

Segunda parte:
Análisis del artículo.


En el artículo anterior pudimos ver que el fracaso de los niños en esta asignatura no depende exclusivamente de ellos sino que existen factores que condicionan este mal rendimiento.
Una de ellas es “el miedo a las matemáticas” ya que las emociones tiene un efecto en los aprendizajes, un niño que le teme a estas puede sacar hasta 50 puntos menos en pruebas como el Simce. Que quiere decir esto que el profesor debe estar siempre preocupado de mantener un clima emocional agradable dentro de la sala de clases. Porque si bien el miedo a las matemáticas se desarrolla en básica es en media cuando se afloran los grabes problemas que estas ocasionan.
Muchas personas desertan en este ramo porque lo ven como caso perdido, que simplemente las matemáticas no se hicieron para ellos, analizando ahora este texto podemos decir que los grandes culpables de que existan tantos niños y jóvenes frustrados de las matemáticas son los profesores y su manera tan estructurada de pasar esta asignatura. Si se implantaran didácticas y motivaciones a los niños, existiría una gran alza de buenas calificaciones en esta asignatura y la percepción que tendrían los niños de las matemáticas seria más positiva, si los profesores se preocuparan de que sus alumnos entiendan en vez de solo pasar las materias se aprendería más y en menos tiempo. Si bien las matemáticas son exactas, existen mil y una formas para llegar al mismo resultado y es eso lo que tienen que hacer los docentes agotar todas las posibilidades y no quedarse en un solo método, demostrarles a los alumnos que ellos pueden crear su propio método de cómo llegar al resultado y que la matemática puede llegar hacer la mejor y más entretenida asignatura. Existe una frase que resume lo dicho “todo depende del umbral con que se mire” con esto quiero decir que si a los alumnos se les enseña desde pequeños todo tipo de formas para llegar a los resultados, ellos cambiarían la actitud frente a esta odiada asignatura. A modo de conclusión los profesores somos los agentes de cambio y si queremos mejorar la educación partamos por nosotros mismos.



viernes, 27 de noviembre de 2009

El error en el proceso enseñanza-aprendizaje

En el presente ensayo se aborda el tema del error en el proceso de enseñanza y aprendizaje, como un elemento de gran importancia para la regulación y la autorregulación de este proceso, entregando al error un nuevo estatus que permita al profesor y alumno divisarlo ya no punitivamente, sino más bien como herramienta útil para el proceso que se persigue


"Si no hubiera errores que superar, no habría posibilidades de aprender"
(Nunziati, 1990, citado en Sanmartí, 2000)
El error es tan antiguo como la enseñanza misma. A pesar de esto, nos encontramos a lo largo de nuestra existencia con el error lo cual procede cuando hacemos algo, por lo tanto, dejan de equivocarse los que no hacen nada.
A pesar de lo anterior, al interior de las aulas pareciera ser que el error no está permitido ni por los alumnos ni por los
docentes dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje. El error causa angustia y estrés, si hasta los buenos alumnos tienen miedo al error y los profesores frente al error reaccionan de diversas formas acentuando la falta, penalizándola o corrigiéndola. Pero ¿será la mejor manera de abordar los errores sólo con la visión de faltas, obstáculos o fallas?. Será que este elemento reincidente en algunos casos más que en otros, pueda tomar un papel más importante que una simple instancia de equivocación que aparece en esa ocasión, tornando al agente afectado en un ser temeroso fundando ese temor en las consecuencia valorativas hacia su persona. Ahora bien, el error ¿podría transmitir información importante que vaya en directa incidencia en la regulación y por tanto mejora del aprendizaje del educando?.
Lo primero: aceptar el error y brindarle otro estatus
Para que se genere un cambio sobre la visión del error hay que reconocer a éste como agente ayudador del proceso de enseñanza-aprendizaje, aunque sea difícil de admitir los errores son y serán necesarios. Nunziati señala: "si no hubiera errores que superar, no habría posibilidades de aprender" (Nunziati, 1990, citado en Sanmartí, 2000), con esta frase del autor queda manifestada la necesidad por atender el error en cuanto éste aparezca y no simplemente reaccionar de forma intencionada ocultando y repudiando el error por parte de alumnos y docentes.
A lo anterior la doctora Neus Sanmartí en su
texto 10 ideas claves para evaluar se refiere al error como "el error es útil", rescatando al error de la generalidad en las escuelas en donde es considerado como algo negativo, en donde se ocupan un número no menor de estrategias de acciones defensivas para evitar la aparición del error, tal es el caso, en donde los alumnos al no sentirse seguros frente a la valoración de sus conocimientos, prefieren utilizar la estrategia de copiar antes de verse sometidos a acciones de errores que serán debidamente castigadas con la calificación emanada del agente evaluador.
O por otro lado, un docente al pensar que sus alumnos no serán capaces de resolver algún problema matemático o de
desarrollo basado de una comprensión de lectura, o bien sabiendo que la gran mayoría de ellos desarrollarán las actividades con un mínimo de esfuerzo. prefiere buscar una que si esté a su nivel de rendimiento, desestimando antes de entrar a la clase si sus propios alumnos serán capaces o no, esto para evitar que procedan en algún error que dificulte su rendimiento académico, o que en otras ocasiones hace callar con mala cara a los alumnos que cuando se le pregunta, dicen algún disparate que hará evidente en ellos el miedo a responder nuevamente por temor a no acertar y quedar en ridículo.
En estos ejemplos, hubo
indicadores claros que no fueron abordados .En el primer caso la débil preparación en algún contenido específico que no fue internalizado por parte del alumnado oportunamente para su mejoría y correcto aprendizaje, en el caso del docente la necesidad no atendida por permitir a los alumnos que durante el proceso exhiban ellos las oportunidades claras de equivocación con nuevas y desafiantes actividades de aprendizajes, en estos casos el error era claramente un elemento importante ya que se transformaría en el indicador de estos obstáculos.
Si estas anteriores situaciones fueran abordadas con la visión del error como medio ayudador para identificar los errores , claramente los resultados no habrían sido los mismos.
segunda parte analisis del texto.
Error = aprendizaje significativo

«Un error es un hecho cuyos beneficios plenos aún no se han volcado a
nuestro favor»
(
Peter Senge)

Durante años la educación se basó en estructuras totalmente establecidas y
monótonas, donde la participación del alumno se limitaba a escuchar, aprender
y aceptar todo lo que el profesor le decía. No existía la posibilidad de refutar y
poner en duda lo que el maestro estaba enseñando, por lo tanto los niños
simplemente no se equivocaban y no tenían ninguna evidencia ni experiencia
que les permitiera entender por si mismo algunos de los conocimientos que se
les impartía en los colegios.
Con el paso del tiempo las cosas han ido cambiando y aunque aún existen
profesores que solo aceptan sus propias ideas, los alumnos han tomado cada
vez más participación en el proceso de su aprendizaje.
Bajo estas circunstancias es donde aparece el error y la equivocación como
factor fundamental a la hora de lograr un aprendizaje que realmente sea
duradero y no se borre al mismo tiempo en que se termina de pasar un
contenido.
El miedo al error es la principal barrera que nos impide desarrollarnos y
progresar en nuestras experiencias, por lo tanto es necesario demostrar a la
gente que el aprendizaje sin margen de equivocación no existe, son nuestras
propias vivencias y caídas las que generan las enseñanzas que guardaremos
para el resto de nuestras vidas.
El aprender es dar un paso hacia lo desconocido, por lo que supone un
riesgo, un miedo a vencer. Por otro lado, el error suele llevar más fácilmente a
la reflexión o análisis del proceso y del resultado, ya que cuando algo nos sale
bien a la primera, realmente no aprendemos, pues en el éxito es muy difícil que
haya reflexión, sólo cabe la satisfacción.
La historia de la ciencia está plagada de grandes errores que significaron un
adelanto importante, cuando alguien se toma la molestia de analizar lo que
había fallado, en lugar de echar por tierra el asunto.
Para que exista un aprendizaje debe existir un “no saber” porque sin esto la
profesión del maestro no tendría ningún sentido.
Hay que valorar enormemente cada vez que alguien se atreve a expresar una
afirmación que no sea acertada pues gracias a esto muchos otros habrán
obtenido un nuevo conocimiento.
Como futuros profesores nuestra misión será incentivar a nuestros alumnos a
expresarse sin temor a las equivocaciones y de cada una de las intervenciones
que ellos hagan debemos sacar un aspecto positivo y utilizarlo en la enseñanza
que queramos entregar en ese momento.